miércoles, 22 de octubre de 2008

ANIMADVERSION A LOS EMOS

"Que no sorprenda que nieguen ser ‘emos’. En el Perú, muy pocos lo aceptan por temor al rechazo", advierte el psicólogo social Sandro Macassi, director del Centro de Investigación Calandria.


Con peinados que cubren sus rostros, ropas negras y semblantes tristes, los Emos se han convertido en una sub cultura urbana incomprendida y a veces hasta rechazada. Sin embrago, este movimiento invade silenciosamente la ciudad, con alarmantes casos de depresión y hasta suicidios.

AMENAZA CONSTANTE

Se han registrado numerosos ataques de punks, metaleros y pandilleros contra los emos quienes, sin embargo, nunca denuncian las agresiones y prefieren resistir en silencio."Suelen venir grupos de 8 a 10 personas con apariencia metalera, o a veces otros con ropa holgada que parecen vándalos, a golpearlos, a insultarlos durante las madrugadas sin motivo alguno, luego se van y es como si nada hubiera pasado porque ellos (los emo) no denuncian, tampoco se van del lugar", confirmaron fuentes policiales.

A medida que los emos fueron ganando terreno entre los adolescentes, también fue creciendo el aborrecimiento hacia ellos, especialmente de parte de los punks, metaleros, góticos y reguetoneros que los tildan de afeminados y fresitas, de robarles su estilo y de ser una simple “moda o pose”.

PUNTO DE ENFRENTAMIENTO

El Parque Washington es el centro de reunión que cobija todos los fines de semana al caer el sol a decenas de muchachos que se consideran emos. Se juntan allí para compartir música, licor y problemas hasta que, amenazados por metaleros , pankekes (punks ) o Serenazgo tienen que retirarse a seguirla a otro lado.

Según el psicólogo Macassi, se trata del aferramiento a un territorio. Los "emos" saben que permaneciendo en este parque se exponen al maltrato, pero continúan ahí porque es su espacio, sienten que les pertenece y lo defienden como tal.

En nuestro país los enfrentamientos no han llegado a extremos, aunque ahora es Serenazgo quien se encarga de desalojarlos de la plaza los fines de semana. “Más tarde se emborrachan y empiezan a joder a la gente. Ahorita están tranquilos pero de aquí las cosas cambian. La mayoría viene a beber. Por allá hay una tienda que les vende (licor)”, comenta un miembro de Serenazgo.

No hay comentarios: